Elena Maciel

Coach en Liderazgo Generativo y Organizacional

Una vieja, difícil e imparable conversación

He observado y validado lo que había escuchado varias veces, como mujer, me gustan las conversaciones; es una característica que por alguna razón en el diseño femenino es evidente. Pues bien, igual que todos he conversado conmigo toda la vida y descubierto que es esa acción la que dirige todo lo demás: la conversación conmigo misma.

Coaching Elena Maciel

¿Sabías que estudiando la prehistoria, hoy conocemos que todos los animales tienen conversaciones entre sí? Con ellas se mantienen a salvo o tienen comida disponible para sobrevivir.  La ventaja del homo sapiens es que además de decirnos dónde hay comida y avisarnos cuando hay un potencial peligro, desde los primeros humanos podemos conversar acerca de cómo estaba el cielo, lo bien que se sentía estar descansando en un prado o qué le gustaba a una persona u otra; como tribu, las conversaciones ayudaron a decidir si seguían caminando, el disfrute de un cierto fruto o alimento nuevo, si la tribu estaba unida, si había una pareja nueva o si alguien había peleado.

Todos tenemos conversaciones y las necesitamos, y no necesariamente porque se facilite más a un género u otro, sino porque está en nuestra naturaleza como seres humanos. Fueron las conversaciones las que han generado las decisiones de una persona que impactaron a tribus y pueblos enteros, a naciones y países; decisiones sobre dónde vivir, cómo vivir y en qué condiciones, para crear bienes que sirvieron en principio para la comunidad cercana y después para otros pueblos, donde se originaron los grandes intereses, promesas grandes de riqueza y bienestar, segregando grupos, destruyendo aldeas, adoctrinando sobre ciertas ideas, delimitando tierras, haciendo guerras para ampliar territorios y ganar poder.

Y esto sucede aún hasta nuestros días, son las conversaciones las que han llevado al ser humano de la mano, a diseñar y construir la historia que hoy conocemos.

¿Cuál es tu historia? ¿cómo llegaste aquí? Son las primeras preguntas que nos orientan en nuestro propio liderazgo.

Algo tan básico como conversar con otros, suele ser difícil cuando entran en juego nuestra historia, nuestras posturas corporales y mentales, los estímulos, que provocan emociones o viceversa y moldean nuestra forma de vivir en la circunstancia actual.

¿Has notado que hay una conversación que no para? Es la que tenemos con nosotros mismos, porque el trabajo de la mente es precisamente ese: producir pensamientos, ideas, conceptos, imágenes, todo tipo de material es producido por nuestro maravilloso entramado sistema mental (neuronas, sus sinapsis, con electricidad y varias sustancias) y con base en nuestra historia, lo que tenemos hoy: el contexto presente, incluyendo nuestra interpretación personal de los hechos y finalmente lo que deseamos: el futuro (aquello que nos inspira en el mejor de los casos, o que puede ser una amenaza en el peor de ellos).

Además, esta conversación se multiplica con todas las voces en nuestro interior, que a veces son contradictorias e inclusive pelean entre sí más frecuentemente de lo que notamos. Me encanta el término “la multitud dentro de mí” que menciona Mariano Sigman en “El Poder de las Palabras”, refiriéndose a este hecho.

 ¿Qué conversas contigo? ¿Qué te dices? ¿Qué provoca en tu liderazgo eso que te dices? Otras cuestiones que nos apoyan en nuestro auto aprendizaje de líder.

 Harari, Y. N. (2014). Sapiens: De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad (J. Bernárdez, Trad.). Debate. (Trabajo original publicado en 2011).

 Sigman, M. (2019). El poder de las palabras: Cómo transformar nuestra vida a través del lenguaje. Debate.